viernes, 14 de julio de 2017

lunes, 10 de julio de 2017

Dos sueños- Antonia Goldschlager

 Una mañana al despertar de un sueño agitado Antonia Goldschlager se encontró en su cama convertida en gato, al principio no le llamó la atención ya que siempre decía que tenía actitudes o en su vida pasada fue un gato.
 Hasta que tomó noción de la hora y si no se apuraba llegaría tarde a su clase, otra vez. Fue extraño el salir de la cama, con un  brinco ya bajaba, no como antes que alargaba esos cinco minutos antes de ponerse la ropa del colegio. Mirando sus pequeñas y suaves patas, no muy sorprendida por la costumbre de levantarse y seguir en entre sueño. Cuando se miró en su inmenso espejo frente a su cama para peinarse, se sorprendió, y se lamió la pata, fue mas que nada un reflejo involuntario, que sentimiento raro tuvo al verse dentro de un gato, siempre quiso serlo. Cautelosa fue hacía el living donde encontró sus tarros de comida y agua, mientras la madre entraba a la habitación para apurarla, Antonia pensó "que lindo ser un gato, quisiera vivir así por siempre, durmiendo, comiendo, mi dueño me mima cada dos por tres". Antes que preocuparse por ese extraño cambio, lo aprovechó, y así pasó el día, hizo todo lo que un gato hace a diario.
 A la mañana siguiente despertó, desilusionada, no sabía si realmente puso vivir la experiencia que ella siempre quiso o solo fue un largo sueño

resaca- Lautaro Godoy

Una mañana, tras un sueño intranquilo, Lautaro Godoy se despertó convertido en mujer. Un olor a claveles bajo la lluvia le recorría los poros mientras las lagañas penetraban en su sueño. Ese sueño y esos malestares en la memoria hacían de cuenta que la rutina tornaba normalmente, pero al mirarse en el espejo y notar sus labios empalagosos, sus pestañas largas y onduladas, y sus ojos color avellana, el desmayo se apoderó de él; ¿o de ella?
Mis más sinceras disculpas, olvidé presentarme. Yo soy el inconsciente de Lautaro, de aquel que siempre quiso ser aquella, y no por cuestión de rosa y azul, sino por Agustín.
Mi labor aquí es relatar cómo los deseos, los prejuicios sociales y la propia costumbre, generaron una ebullición sexual e impotencia en lo oscuro del alcohol.
El jardín y la primaria decían lo suyo cuando Lautaro jugaba a la pelota, y en el momento del festejo por un gol, acercaba y se pegoteaba lo más posible con los cuerpos masculinos. Transpirados, olorosos, con los primeros bellos. Así y todos esos abrazos y labios en cuerpo fueron sus primeros orgasmos. Orgasmos en los cuales la felicidad trató de ocultar y maquillar los golpes de su padre, indignado con los shorts “demasiado” cortos que llevaba al colegio para que Agustín lo mire. Es que esos rulitos eran los únicos que sanaban los moretones, y sacaban una sonrisa entre tanta angustia.
Los años volaron, y llegó la secundaria. Un mundo aparte, donde se cuestiona y se humilla al distinto; al que sale del cuadrado, al que no es un número. Justamente en todo eso difería Lautaro, él quería distinguirse, verse, que lo vieran. Que lo mire Agustín, ya con novia y con los rulos más largos (si, se fue al mismo colegio que él).
Entonces, ¿cómo sigue esto?
Ah, el declive.
La adolescencia en su ir y venir dejó heridas graves en la sociabilidad que Lautaro dejo de expresar; de mariposas sensibles (esas que están en la panza) y proyectos inspiradores, a neutro. A un neutro que se caía a pedazos íntimamente, al cual la depresión lo dominaba de pies a ojos, ojos con lágrimas. Los siguientes pasos fueron simultáneos al momento de la aguda depresión, y por momentos las únicas sonrisas eran a través de un Jack Daniel´s . Y así como las botellas de whiskys invadían el comportamiento autoflagelativo, las mañanas eran en las plazas o en el boliche, vagando por ahí. En ese entonces lo vio.  
Iba para los bosques de Palermo supongo, y Lautaro para colegiales. La bicisenda de Godoy Cruz permitió que viera esos rulos enormes y castaños, esos ojos enredados en un verde laurel, y la sonrisa más imperfecta del mundo, pero le encantaba. Lautaro estaba atontado, perdidísimo en la risa de Agustín; intercambiaron algunas palabras y quedaron para verse un viernes de invierno, en un boliche por Niceto Vega. Creo que acá todo giro en torno a un alma en llanto ahogada en alcohol y pastillas, agonizando con un reencuentro sexual, y reviviendo imagen por imagen los maltratos causantes de un derrame emocional.

Lautaro Godoy se reincorporó con mucho dolor y pispeó con miedo su aspecto en el espejo. Seguía siendo lo que en su opaca y agridulce vida deseó. Y obviamente en su cama lo esperaba con un desgarro externo en el ano, una extracción de la cervical, y el corte en su totalidad del cuero cabelludo, Agustín;  bien muerto y listo para un buen sexo anal.

domingo, 9 de julio de 2017

Nuevos rumbos - Malena Cortes

Una mañana al despertar de un sueño agitado, Malena Cortes, se encontró en su cama convertida en ella misma, pero con unos años menos… era una niña de 10 años.
Estaba festejando mi cumpleaños número 33º y todavía me sentía miserable. Mi rutina era siempre lo mismo: levantarme; tomar un café bien amargo, y darme una larga ducha para luego salir a mi odioso trabajo. No había mucho en mi vida; vivía sola, sin hijos,  ni pareja y mis padres que ni notaban de mi existencia. Ya estaba acostumbrada, día tras otro, viviendo en un desastre. -..Momento de soplar las velas, sola, como siempre.- mencioné decepcionada. Pero esta vez mis deseos iban a ser distintos, iban a ser especiales. – Como me gustaría volver el tiempo atrás, todo sería más fácil. – pensé en mi interior…
Los rayos del sol posaban a través de mi ventana y permanecían sobre mi cara. Me desperté acalorada y molesta; sentía mi cuerpo completamente diferente, percibía algo extraño y no sabía exactamente que era, me sentía rara, pude notar que mi piel era más suave de lo cotidiano, y que además mis pechos ya no estaban. ¿Qué demonios había pasado? Me levante aterrada de la cama y fui hacia el espejo, ¿Cómo era posible?, ¡me había convertido en una niña!, comencé a llorar desconsoladamente, no podía creer lo que estaba viviendo. Después de un tiempo de notar la realidad,  empecé a cuestionarme muchas cosas que no tenían respuestas, como por ejemplo ¿Quién cuidaría de mi casa y mi auto?, ¿Quién pagaría mis cuentas?, ¿Cómo me buscarían?, ¿Qué voy a hacer cuando mi jefe no me encuentre en el trabajo?, ¿Quién ocupara mi lugar? Estaba desesperada ya que no podía encontrar ninguna respuesta.

Luego de un largo rato de cuestionamientos, comencé a darme cuenta que no era muy linda la vida que llevaba; ya que me sentía sola y no tenía mucho que perder, y que ahora que me he convertido en una niña de 10 años, puedo llegar a mejorar y buscar un nuevo camino hacia la felicidad.

Jeronimo Balla-El roedor

El roedor


 Una mañana al despertar de un sueño agitado Jeronimo Balla se encontró en su cama convertido en un gran roedor gris. Estaba echado de espaldas y, al alzar su cabeza, podía ver su pelaje espeso y su delgada y alargada, casi desnuda, cola rosada. Al menos conservaba su mente.  Se encontraba inquieto y se dio cuenta que efectivamente no se trataba de un sueño, se preguntaba cómo había pasado esto y observó su alrededor. Se sentía el único objeto impulcro en toda la habitación en la que estaba, aunque esta no era muy limpia. Nunca en su amplia carrera tuvo este tipo de pensamientos. El día anterior había llegado a un hotel de ruta después de haber viajado toda la noche y en su vida de contador esto no le era normal.  No quería perder el tiempo, tenía que seguir el camino y que temía que los policías lo alcanzaran. Después de varios intentos pudo bajar de la cama y dejar el dinero para pagar su estadía sobre la mesa, no quería tener más problemas legales con terceros.  Aunque no tenía muchas cosas a las que aferrarse más que el dinero y sus cigarrillos, le costó soltar la vida que sostenía hasta entonces. Se escapó por un hueco que había en la pared y corrió por el asfalto hacia el pastizal con sus diminutas patas. Un neumático fue lo último que vio.La policía había llegado. 

Laura Tello - Feliz y bondadosa.

  Una mañana al despertar de un sueño agitado, Laura se encontró en su cama convertida en ella misma pero en un mundo hermoso. Esa mañana, Laura corrompió al mundo, brilló con luz propia. La descollante sonrisa con la que ella deambulaba por las calles no fue nada revolucionaria, pero si muy criticada. Que honra ser tan feliz, pero mejor aún, ser tan útil, pero que horror alguien que desvalorice los esquemas ajenos....que vuelva infeliz a las personas.
  Ella no era un objeto material y aunque su presencia no sea indispensable, disfrutaba de servir para algo. Sabía mucho, demasiado si es posible afirmar. Era feliz, e intentaba compartirlo. ¿Acaso había algo que ella no pudiera hacer? no creo, ella podía con todo y más. Solía comprar en gran cantidad los alimentos y las prendas de vestir, y cuando la gente la veía llegar, formaban fila con una sonrisa; niños, niñas, embarazadas, mujeres, hombres, ancianas, ancianos, hasta animales habían en la fila. Que codiciada era Laura, ella multimillonaria y del mas alto nivel, ¡Hasta un horfanato tenía! ¡Viva su bondad!. Enseñaba a los ignorantes, ayudaba a los necesitados, alimentaba a los hambrientos, curaba a los heridos (incluyendo a los animales), daba trabajo a los desempleados, vestía a los pobres, alojaba a los abandonados, daba todo.
  Un día uno de los ancianos de su asilo le cuestionó el porqué ella era así con todos, hasta con los desconocidos, ella dijo "porque quiero que todos estén bien y siempre que pueda hacerlo lo haré, por ustedes, por nosotros", ¿Nosotros? pensó el anciano aunque no se lo dijo y se limitó a mirarla, "usted y yo somos iguales, ellos y yo somos simplemente personas e intento generar amor y felicidad entre todos nosotros. No importa raza, religión, ni color, exijo amor y locura." afirmó con su sonrisa típica. Que final desastroso tendría tan peculiar charla.
  Por primera vez Laura creyó sentir odio al recordar a tal despreciable anciano, pero no estaba segura ya que afirmaba que dicho sentimiento era completamente nuevo en sí misma. ¿Porque la cuestionaba tanto? ¿Acaso no apreciaba lo que ella hacía por él? ¿Por todos?, ¡Maldita sea su bondad! Ya la estaban empezando a tomar de tonta, pensó. En modo de rencor, aumentó los deberes y las horas de trabajo, pero no subió el salario por éste ¿Acaso pensaron que era gratis tal bondad? Pues no, y que equivocados estaban si creían eso. El descontento del pueblo creció, pero ella lo ignoró y siguió adelante pensando en aquel estúpido anciano que le había dicho que ella no era buena, ni mucho menos feliz. ¡Claro que era feliz! ¡¿Con que cara el le decía eso si ella le había dado todo desde lo profundo de su corazón!? Tuvo bien merecido la ejecución ese estúpido anciano. ¿Acaso ella sola notaba su esfuerzo o qué?, ya no estaba tranquila ni en su mansión. Ahora todos se creían revolucionarios parecía, pero no eran mas que estúpidos - dijo para si misma, y pronto su puerta cayó y entonces se desespera porque el miedo ronda otra vez.
  Nadie pensó que era cierto cuando en el diario salió, -¿Porque pasan estas cosas? ¡Se me fue lo mejor de mis 15 años! - decía ella en modo de súplica, aunque esta era media rara. Que desesperación creció en ella, aunque pronto no sentiría nada más.
  Pronto Laura se despertó de aquel agitado sueño repitiendo lo que los anarquistas habian dicho "Oder Führer, oder freund, feind allein", pensando si ella en verdad quería eso para su futuro "¿Lider o liderado?" - pensó. Ninguna de esas dos, simplemente feliz y bondadosa.

inefable luminiciencia

Una mañana al despertar de un sueño agitado, Alina Di Marco se encontró convertida en un arma bioquímica. No entendía cómo había llegado a serlo, por qué, y sobre todo para qué. ¿Quién era culpable de lo que ella era? Estaba pensada para dañar, y es por ello que se alejó de todo su círculo social y familiar. Ya que la más mínima idea de lastimarlos, la atormentaba. Y lo tragicómico de todo aquello es que finalizó (casi inconscientemente) hiriéndolos igualmente, pero no nos adelantemos en la historia.
Intentó avanzar con su vida, pero su nueva su naturaleza se contraponía. No era factible.
Una madrugada (¿Sonámbula?) motivada por el ritmo de la impulsividad, se internó en lo inhóspito y explotó: Sacó todo lo malo que cargaba dentro y la Pachamama sufrió las consecuencias.
Luego de dejar la marginalidad, se mostró: el “poderoso”, la usó para lo que él pensaba que era justicia, y quiso infringir la mayor violencia posible; un raro, la encontró frágil y meliflua por todo lo que había traspasado, y tuvo fé. Pateó lo im de posible y le mostró aquello que ella no podía ver. Todos lo trataron de loco, claro, porque iba en contra del dogma. Pero lo logró.

De la cápsula fulminante, creció una inmarcesible amapola. Tal vez, consuecuencia de una arrasante limerencia.








PD: El faso me pegó como el orto, otra vez.
Alina Di Marco

TECNO KAFKA Micaela Rossi, Luz Borda y Malena Cortes.

https://view.joomag.com/mi-primera-revista-literatura-kafka/0756868001499614529


Daniel Vorona-Representar

Una mañana al despertar de un sueño agitado, Daniel Vorona se encontró en su cama convertido en un ser raro. Sintió aquellos cambios físicos, sentía que estaba hecho de piedra y le era imposible moverse. Intento mirar alrededor pero su cuello estaba trabado, no lograba mirar más que hacía arriba. Tras pasar los minutos la discapacidad de ver los diferentes ángulos no le inquietaban, ya que podía ver la imagen completa.

Habían pasado horas y seguía sin haber visto a algún peatón que conozca, sus amigos no habían salido de sus casas en todo el día. De repente ve a su madre saliendo de su casa, dejo una caja llena de los posters y objetos favoritos de Daniel al lado del contenedor negro, volvió a entrar a la casa por un segundo y volvió a salir con billetera en mano, se acerco a la parada de autobuses y al cabo de ocho minutos subió al colectivo numero ciento cincuenta y cuatro, cuya parada se encontraba al lado de la agencia de mudanzas.

Daniel pensaba que su sueño agitado continuaba, pero el sueño había cambia a una etapa en la que nada tenía sentido. Muy por el contrario todo tenía sentido: tenía sentido que sus amigos no salgan de la casa, sus madres no les gustaría que se manchen la ropa y no se perdonarían que manchen las calles; tenía sentido que le costase mover la cabeza; cuesta moverse cuanto uno se sumerge tan profundo en aquel océano de concreto; tenía sentido que viese para arriba, era un vándalo pero su corazón era el de un santo; tenía sentido que viera la imagen completa, después de tales hechos cualquiera aprendería su lección; tenía sentido que saquen todos sus posters de aquellas paredes, ya que el departamento tiene que estar limpio para su entrega; tenía sentido que su madre se mudase de aquel barrio. Aquel barrio que vio a su hijo nacer, crecer y lo enterró en su océano de concreto.

El había muerto representando a su barrio en el cual su madre alquilaba un departamento de dos ambientes, entrego su vida para defender su posición no de dueño pero de huésped. El había muerto defendiendo un barrio que lo maltrato y lo corrompió, el chico nunca se dejo corromper. Hasta que una noche se le obligo a hacer algo que no quería, se dejo de resistir y cedió ante la tentación de decir a que barrió pertenecía lo cual lo llevo a morir.


Una mañana al no despertar de un sueño alocado, Daniel Vorona se encontró en su camilla de hospital convertido en un cadáver más.

Luz Borda - sueños

Una mañana al despertar de un sueño agitado, Luz Borda, se encontró en su cama convertida en una señora. No entendía bien qué era lo que estaba pasando, y antes de entrar en pánico, decidió levantarse y mirase al espejo, Con su imagen reflejada en lo que ahora parecía un objeto más chico que ayer, se dio cuenta que su cuerpo era muy distinto. Sus piernas estaban arrugadas al igual que su cara, su pelo tenía canas, y toda su piel estaba estirada. Disgustada, de alguna manera intentó pensar que todo era un sueño, que aún no había despertado. Cerró los ojos y se pellizcó el brazo izquierdo, nada sucedió. Los volvió a cerrar y susurró "despierta, despierta", nada sucedió. Rendida, y cansada de estar parada, se sentó al borde de la cama. Se angustió mucho al pensar en todas las cosas que no podría hacer, debido a los años que llevaba encima. No podría ir a comedia musical, no podría bailar, ya no podría salir, de hecho creía que ya le quedaba muy poco por vivir, Mientras más pensaba en todo lo que no podría hacer, más se daba cuenta que, en realidad, nada de eso lo iba a extrañar. Se preguntó a ella misma ¿Para qué volver a tener 16? ¿Para qué volver a esa época en la que todo era más fácil y a la vez tan difícil?
Es cierto, a los 16 tenía menos responsabilidades, pero tantas cargas. Sin amigos, sentada sola en el patio del recreo. Con padres ausentes, en una casa llena de malas energías. Sin amor, sola en la vida ¿Para qué volver a sufrir? se preguntó.
Dejó de auto-compadecerse, y se levantó de su cama, Cambió y bajó al comedor principal. Desayunó, y salió al barrio a caminar un rato.
Unos segundos después de cruzar la puerta, se dió cuenta que el mundo estaba detenido, No era la vida real, Estaba dormida, todo había sido un sueño... pero no se sentía aliviada,
Era una mañana tranquila, y ella recién se levantaba de un sueño agitado, donde sus deseos más escondidos y censurados se habían vuelto realidad. Pero no podía quedarse a llorar, debía ponerse el uniforme para irse rápido al colegio, a estar sola.

Agostina Viera-Liberada

  Una mañana al despertar de un sueño agitado, Agostina Viera se encontró en su cama convertida en un hermoso gorrión. Después de haber logrado ponerse de pie sobre sus dos pequeñas patas y haber examinado su nuevo cuerpo, comenzó a cuestionarse cómo bajar de aquella cama que ahora parecía tan alta, y mucho más alta le parecía debido a su miedo a las alturas.Luego de que se tranquilizó, pensó en volar, así que cerró los ojos y recordó cuando era niña y jugaba con sus padres por medio del maizal imitando a los pájaros que se comían pequeños granos de maíz, y sin darse cuenta se dejó llevar por ese recuerdo. Al abrir los ojos ya se encontraba de pie en el alféizar de la ventana. Como ya se estaba demorando en preparase para comenzar su primer turno de trabajo, la madre la llamó a través de la puerta de la habitación. Al no tener respuesta, dedujo que Agostina se había ido más temprano. Aunque en realidad ella sí había respondido, sólo que su voz había sonado para los oídos de la madre como un canto más de los pájaros de afuera. Fue allí cuando Agostina se dio cuenta de que estaba llegando realmente tarde al trabajo, así que tomó coraje, saltó de la ventana y logró salir de la chocita en la que vivía junto a sus envejecidos padres. Luego de una larga caminata por la calle de tierra, logró llegar al maizal, pero en cuanto llegó vino su padre corriendo y la espantó tal cual como lo hacía con ella hace años atrás. La reacción lógica de un ave, pero inconsciente deAgostina, fue salir volando. Y mientras se elevaba, se volteó y vio a sus padres mirándola enfadados por haber querido comerse su fuente de dinero, pero a la vez felices y de alguna manera envidiándola porque, en el fondo, querían ser libres como ella.




Pedro Mazzoni : otra persona

Escribir un relato que no exceda una carilla a partir del siguiente comienzo:

Una mañana al despertar de un sueño agitado Pedro Mazzoni se encontró en su cama convertido en otra persona. Era domingo a  las cinco y media de la mañana.
Miró a su alrededor y descubrió que la cama en la que estaba acostado era del doble de su tamaño y por alguna extraña razón estaba desarmada. Era como si un remolino hubiera pasado por encima de ella. Después, se dio cuenta que inexplicablemente, a diferencia de cualquier otro día, tenía mucha más energía que de costumbre. Finalmente, se animó a mover su cabeza hacia la ventana y contemplar su reflejo. Efectivamente ese no era él sino en su hermanito de 9 años, Manuel.
La primera pregunta que se hizo al darse cuenta que era su hermano fue: ¿quién estaba en su verdadero cuerpo, si él estaba en el de su hermanito? Saltó de la cama y fue corriendo a ver quién estaba en su cuarto. Allí se encontraba su verdadero cuerpo, profundamente dormido.  Sin pensarlo dos veces despertó al otro Pedro y éste dijo a bostezos -¡no me molestes Manu, dejame dormir tranquilo!- Luego se durmió antes de que pudiera contestarle. Después de escuchar eso estaba seguro de que ese de ahí era yo. Necesitaba entender qué estaba pasando así que lo desperté nuevamente y antes de que él hablara  me apresuré a decirle:- necesito que me ayudes-.  Pedro en este momento tenía la cara roja como un tomate, pues le gustaba dormir hasta tarde los fines de semana. -¡ahora no Manu tengo sueño!, es muy temprano ¡Anda a dormir!.
Tal vez tenía razón, era muy temprano para estar despierto, pero no me podía dormir. Tenía demasiada energía así que me puse a jugar con los juguetes de Manuel. Me parecía muy divertido, hasta inventé una historia completamente ilógica pero que en ese momento me resultaba muy entretenida. Estuve más de una hora.
Cuando terminé de jugar miré a la cama de Pedro, seguía dormido, pero ya me había olvidado que le iba a preguntar. Fui a la heladera y comí algo, luego fui al cuarto de mis padres, que también dormían y me acosté en el medio de los dos esperando a que alguno se despierte para jugar.

Por suerte es domingo y no tengo que ir al cole. Ya hice la tarea de ciencias sociales para la maestra.

sábado, 8 de julio de 2017

Nicolás Blanco-Cronofobia


   Una mañana al despertar de un sueño agitado Nicolás Blanco se encontró en su cama convertido en algo. No sabia muy bien lo que era.No había un cambio físico que se pudiera apreciar,o tal vez si pero el no podía verlo.Era mas bien un cambio dentro de el que no podía explicar, no sabia que era lo que le pasaba ,tal vez si pero no se había dado cuenta hasta ahora o no había querido darse cuenta,pero...¿por que?.Esa mañana todo era muy confuso.
   El cambio no le disgustaba del todo,era consiente de que tenia sus ventajas,sin embargo extrañaba lo que había sido antes de ese cambio, perceptible solo para el o para alguien que no lo hubiera visto en mucho tiempo.
 No le preocupaba bajar a desayunar,por que ni su madre ni su padre y ni siquiera sus hermanos le notarían algo distinto.
   Era uno de esos cambios inevitables,que aunque uno se deprima,se enoje y rompa todo o llore,va a pasar igual.Era consiente de que no iba a ser el único cambio,ya había pasado por varios,pero ninguno lo había sentido así.Pero el cambio que mas miedo le daba era en el cual el espejo le devolvería una cara agotada por el tiempo y llena de arrugas,que ya no podría correr o jugar al fútbol ni subir la escalera de dos en dos.
   No habría ahora cosa que le gustaría mas que volver a ser lo que fue.

Tomás de la Vega- Cotidiano

Una mañana al despertar de un sueño agitado, Tomás de la Vega se encontró en su cama convertido en lo que parecía ser un pez. Acostado debajo de una sábana de puro cuero de llama que conseguía asfixiar a medio mundo de calor y al sacarla te producía el resfriado del año debido al ambiente helado que siempre había en la mañana. Al sacarse lo que le producía calor intenso, con forcejeos y saltos que hacía para liberarse se podía ver su cuerpo, si era humano. Con la mirada puesta hacia el techo de su cuarto, se dirigió hacia la cocina a través de saltos que poco a poco dejaban una sustancia viscosa y resbalosa sobre el suelo, pero esto no le importaba porque sólo quería desayunar, ir al trabajo, volver a casa y nada más ni nada menos.
Nada como comenzar el día con una taza de café, y claramente el pez no tenía tiempo para prepararse uno, así que simplemente tenía que calentar el que sobró el día anterior que se encontraba en el microondas. Entonces, dando su mayor esfuerzo hizo un gran salto para llegar a la mesada donde está el microondas que terminó rompiendo su aleta dorsal, pero eso no importaba sólo quería su taza de café caliente, apretó iniciar con la cola y con la cabeza, específicamente el ojo, encendió la radio que se encontraba justo al lado de él. Obviamente con el golpe que se hizo para encender ambas cosas se terminó lastimando la cola y el ojo contra el botón de "Play" de la radio, pero todo esto no importaba lo único importante era su café matutino y la música.
Al terminar de calentarse el café, Tomás recibió un mensaje por Skype de su jefe en su computadora ubicada en el comedor. Esto sí le importaba porque era su jefe y lo estaba llamando, por ende debía ser algo de urgencia. Abalanzó todo su cuerpo herido hacia el borde de la mesada y de un salto cayó en picada con la esperanza de llegar a la computadora al ritmo de la canción "Cotidiano" de Chico Buarque.
Aterrizó justo en el botón de encendido y, a cambio, tuvo un dolor por todo el torso haciendo que las escamas se salgan, pero no le importaba sólo quería saber qué dice el mensaje. Cuando observó el mensaje no lo podía creer lo que decía: "Señor de la Vega, lamento informarle que está despedido".
"¿Es en serio?" pensó "¿Pero qué hice de malo? ¿Ahora qué haré sin trabajo? Si no consigo trabajo ahora mismo no podré pagar las cuentas, me la pasaré todo el día mendigando por monedas, no me casaré, mi familia me dejará de lado y pasaré toda mi vida en suma soledad...". Tantos pensamientos acumulados le daba al joven un ataque de pánico que no lo dejaba respirar, por las heridas en todo el cuerpo no podía moverse hasta que sintió un fuerte y seco golpe en el pecho donde está su corazón. Con el ojo no lastimado mirando hacia el techo de la cocina vio por última vez la vida y escuchando una estrofa de la canción "Cotidiano": "Mediodía sólo pienso en decir no, después pienso en la vida para llevar y me callo con la boca cerrada".

Encerrada- Luna Pianetti


Una mañana, al despertar de un sueño agitado, Luna Pianetti se encontró en su cama convertida en un pájaro, mejor dicho, en un arrendajo. Estaba acurrucada contra un lugarcito de su cama con todas sus plumas hasta la  cabeza. Al abrir los ojos lo primero que vió fueron las diminutas y delgadas patas; luego pudo ver sus plumas grises con toques azules. Todo a su alrededor se veía enorme.

Luna no podía creer lo que pasaba, desconfió de estar despierta, como si estuviese dentro de una película en donde el personaje principal está encerrado en una habitación sin ventanas y con una puerta con gruesos barrotes. ¿Estaba presa? No entendía porque se había convertido en un arrendajo.

Movió su cabeza. Desplegó lentamente las alas de su cuerpo, pesaban una inmensidad, como si fuesen de porcelana. Se animó a pasar entre los barrotes de la puerta. Tomo fuerzas como para volar pero no lo logró en el primer intento. Tomó altura y velocidad. Recorrió cada pasillo que encontraba. Vio una gran puerta con un letrero que decía biblioteca. Pensó que allí encontraría una respuesta.

Buscó en cada estantería hasta encontrar un libro de aves. Lo abrió en sus primeras páginas y descubrió que el arrendajo tenía reputación de ladrón de nidos, que se lo asocia con los problemas y la mala suerte. Inmediatamente comprendió lo que estaba ocurriendo: haber entrado en aquella casa y robado todos esas cosas no había quedado impune. Esa acción la transformó.

Luna extendió sus alas y salió volando por una ventana. La cárcel quedó atrás pero estaría confinada a ser un arrendajo por siempre.

Lo Contrario- Jerónimo Ferrari

Una mañana al despertar de un sueño agitado, Jerónimo Ferrari, se encontró en su casa convertido en otra persona. Se dio cuenta que era todo lo que odiaba, los gustos que tenía eran los que más repugnaba.
En el momento de levantarse, se cambió con ansias, con una sonrisa en la cara y bajó a la cocina a hacerse el desayuno. Terminó de hacerse su café con tostadas, dejó su celular sobre la mesada de la cocina y se sentó en la mesa del living al lado de su padre, a leer el diario mientras comía, al igual que él.
Al terminar de comer, sacó al perro a pasear. Hizo el mismo camino que todos los días y caminaba mientras esquivaba las defecaciones que había en el piso, en el momento que su perro hizo sus necesidades, Jerónimo la envolvió en una bolsa y la tiró en el tacho de basura. Cuando volvió a su casa, dejó al perro y para ir al colegio, fue a la parada del colectivo, en vez de subirse a su auto.
En el momento de llegar al colegio, se cruzó con sus amigos y cuando los quiso saludar, ninguno le respondió ni lo miró a los. Se fue a su clase y luego de sentarse en su banco, Luis, se sentó al lado suyo y lo saludó con un beso en la boca.
-          Buen día, ¿cómo andas? - Exclamó Luis
-          Bien – Respondió Jerónimo, con un tono cortante.
Al empezar la clase Jerónimo prestó atención, hizo preguntas y copió todas las materias del día. Cuando llegó el momento de irse a su casa, Jerónimo antes pasó por el quiosco a comprarse algo para comer, luego se fue a la parada del colectivo. Yendo para la parada vio que sus “amigos” estaban pegándole a su compañero Luis, por ser homosexual, cuando se quiso meter uno de ellos no se lo permitió y amagó a pegarle si lo hacía, Jerónimo fue a su casa corriendo.
Apenas llegó a su casa se tiró a su cama a llorar hasta quedarse dormido. Despertándose al día siguiente de un sueño agitado, sintiéndose diferente.

Al hacer la rutina de todas sus mañanas, Jerónimo decidió tomarse el colectivo porque esta vez tenía ganas. Al venir el colectivo, él no lo paró y se interpuso en su camino repentinamente. El chofer no vio nada, solo escuchó un golpe seco y frenó. A los 10 minutos llegó la ambulancia para llevárselo al hospital y a los 15, sus padres, quiénes se preguntaban, ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué...
No tiene que ser un sueño.
Juliana Guggini

Una mañana al despertar de un  sueño agitado, se encontró en su cama convertida en una extraña para sí. Tenía un vago recuerdo de ese cuarto en el cual el reloj despertador la había levantado a las 05:55 am. El aroma familiar del tostador que anticipada el desayuno entraba por su nariz. Quien era aquella chica que observaba todo lo que la rodeaba con desconcierto en ese pijama negro y blanco con ositos y ése cubrecama estampado de Hello Kitty. Sobresaltada, escuchó que desde abajo la llamaban, "-vestite y baja a desayunar, que se hace tarde, te dejé el vestido sobre la silla junto a los zapatos amarillos-". Nada encajaba, excepto el olor a las tostadas. Un intenso palpitar comenzó a transformar el asombro en  miedo ante lo que veía. Como último intento resfregó sus ojos nuevamente y apretó fuerte los parpados con la esperanza de que al abrirlos todo volviese a la normalidad, a su camisón de seda que  le regaló su mejor amiga, a sus gatos sobre la cama y a la ropa deportiva colgada de la silla, todas esas cosas que hasta hacia tan solo unos minutos la definían. Tomó coraje y de un salto se abalanzo sobre el ropero abriendo sus puertas. Nada de la ropa que allí se encontraba le parecía convincente  y pensó, "que mal gusto tiene está chica". Eligió para ponerse lo que menos le disgustaba y apuro el paso en las escaleras. Una  poderosa convicción había transformado el desconcierto en decisiones que iba tomando mientras recorría los incontables escalones que la separaba de la cocina donde la esperaba el desayuno. Antes del último sorbo de café con leche miró el fondo de la taza y dijo en vos alta, "llegó más tarde del colegio, tengo que pasar por el Club porque quiero comenzar a jugar al hockey". Un nuevo día había comenzado.

El sueño del pibe- Juan Grunberg

                   Una mañana, al despertar de un sueño agitado Juan Grunberg se encontró en su cama convertido en una extraña persona. 
  Se frotó los ojos y se destapo al igual que todas las mañanas. 
           Se levantó, se puso sus grises pantuflas y comenzó en dirección al baño para iniciar otro estresante día de la rutina.
Al caminar tres pasos se tocó los ojos para sacarse las lagañas que poco lo dejaban ver, pero hubo algo que le llamó la atención: lentamente comenzó a tocarse la cara, en busca de qué era esa extraña sensación. Sentía su piel algo más suave, los pómulos más marcado, la boca y nariz diferentes. Prosiguió a tocarse los brazos, su abdomen, y sus piernas; evidentemente ese no era su cuerpo. Sin embargo, no se sentía mal por ese cambio, por el contrario, estaba feliz y se sentía lleno.
 La duda de qué era lo que le pasaba lo carcomía por dentro.
Muy despacito, y sin hacer ruido para no despertar a sus padres, abrió. Se le engancho el pelo con la puerta, hecho que también le llamó la atención, rara vez le había pasado algo así.
Apenas entró al baño quedo atónito frente al espejo, no atinó a moverse.
Miraba.
Miraba y no lo podía creer.
¿Ese era él realmente?
Una sonrisa le salió espontáneamente de la cara. Hace mucho no le pasaba.
Comenzó a tocarse el cuerpo ahora con más vehemencia. La sonrisa se transformó en una alegría inmensa que no podía contener. Ahí si vio su largo pelo que le llegaba a mitad de espalda.
Todo era felicidad y alegría. Se puso a llorar de la emoción. No iba a tener que ocultarse más, de un día al otro, o, mejor dicho, de la noche a la mañana.
Luego de tanto añorarlo, lo había conseguido, y sin esfuerzo alguno.
Logro convertirse en lo que siempre había deseado.
 Ahora era una mujer más, dispuesta a luchar por sus derechos. Ahora era una mujer más, feliz.

Ahora, era mujer, 

" Desde abajo" - Lucas Joakin

Una mañana al despertar de un sueño agitado, Lucas Joakin se encontró en su casa convertido en algo que ni él podía entender, en algunas partes de su forma sentía cosas pesadas que mágicamente podía sostener y sentía pasos sobre si, de repente entra su madre a la casa y la ve desde abajo, trata de hacer el esfuerzo de levantarse pero no puede, de repente ve que su madre va a la habitación de él y no lo ve, se preocupa y él trata de decirle que está debajo de ella, pero su nueva forma no le permite hablarle a la madre, su situación es muy estresante, ya que no puede moverse de la forma que él solía hacerlo como una persona común y corriente, y eso a él lo preocupaba mucho, tenía muchas ganas de llorar de la bronca que tenía. Su madre comenzó a desesperarse porque no lo encontraba e intentó llamarlo por el celular, pero el teléfono sonó ahí, la madre salió a buscarlo y apenas se fue, el llanto que largó Lucas fue desconsolador, pero silencioso para el exterior. Luego de una horas la madre, hermana y el padre llegaron a su casa casi llorando, pero el estado de Lucas de desesperación ya había pasado y entendió que no podía hacer nada, él era inmóvil.
Al pasar los años la familia de Lucas se dio por vencida y se obligaron a entender que Lucas había desaparecido, que ya no estaba más. Lucas siempre siempre fue una persona que sentía que no servía para nada, que era solo una gota en el océano, que su presencia era igual que su ausencia, pero desde que tomó su nueva forma se dio cuenta que ahora si servía para algo, que era importante ya que era una necesidad en su casa y en su familia.

El Fénix - Micaela Rossi

Una mañana al despertar de un sueño agitado, Micaela Rossi, se encontró en su cama convertida en lo que parecía ser un ave. Se desperezó como todos los días, sin darse cuenta que esta vez sus brazos, ahora transformados en alas, sobresalían de su colchón. Con sus ojos dormidos todavía, se levantó a mojarse la cara, ignorando que en cada paso que daba sus garras de los pies emitían un leve sonido sobre el suelo. Alcanzo a tientas el lava manos y prendió la canilla como pudo. Al llevar las manos a su rostro, se sorprendió al sentir demasiada suavidad en ellas. La hacia querer volver a la cama y seguir durmiendo, la relajaba.
De repente recordó que no se había puesto ninguna crema o loción el día anterior, lo cual le llamo la atención por sus suaves manos que tenia en este momento tocando su cara. Lentamente, alejó las extremidades que le cubrían la vista lo bastante como para poder notar que estas ya no estaban; en su lugar tenía muchas plumas rojas que seguían un orden especifico. Su expresión dormida cambió a una de espanto. Levantó la mirada hacia el espejo y se encontró con un pico en vez de nariz, plumas en vez de piel y pelos y dos ojos grandes, sus ojos. Seguía siendo ella, pero en el cuerpo de un ave.
El grito se debió escuchar en toda la cuadra, un sonido muy agudo y ensordecedor. En ese momento, se sentía en llamas, estaba aterrada. Corrió hacia su cuarto, haciendo que sus garras chocaran contra el suelo en cada paso y emitieran un sonido que la horrorizaba cada vez más. Al tirarse en la cama, se percató de que su colchón, antes blanco y cómodo, se había tornado en un negro oscuro y del que salia un humo cegador. Se levantó de un salto y se tapó la cara con sus alas, pensaba que estaba soñando. Esperaba que todo eso fuese solo una pesadilla de la que podría despertar. Pero no, era tan real como la existencia del sol. Respiró lentamente, intentando disminuir el fuego que la rodeaba. Aguardó unos minutos, ya más calmada y a una temperatura normal, y se sentó en el suelo ¿Que haría con su trabajo? ¿Cómo explicaría eso a su jefe? ¿Cómo saldría de su casa desapercibida? ¿Quién le creería a un ave enorme que habla?
Entonces pensó ¿y si simplemente no iba a trabajar? Se liberaría de ese odioso peso para siempre. Ni siquiera tendría que renunciar o presentarse como pájaro en la oficina. Se levantó del suelo, abrió la ventana y salió al balcón. Abrió sus gigantes alas y dejó que estas tocaran el aire matutino que rondaba por la ciudad; se preparó, respiró hondo y empezó a agitarlas hasta despegarse del piso.
Todavía no había mucha gente en la calle, era demasiado temprano. Solo había máquinas con trajes o vestidos que se movían apresuradas con el único objetivo de no llegar tarde a su oficio, antes era una de ellas, pero ya no. Nadie la vería, y si lo hiciesen, ella ya estaría muy lejos de allí.

viernes, 7 de julio de 2017

Rocío Costa- Sin Intención

Una mañana al despertar de un sueño agitado Rocío Costa se encontró en su cama convertida en lo que parecía ser una muñeca de porcelana, no podía moverse , apenas podía abrir los ojos , todo al rededor de había vuelto más grande a su vista.
    Rocío estaba asustada no tenía manera de avisar a su familia lo que había ocurrido, cada integrante estaba o profundamente dormido o en su propio mundo sin prestarle atención a ella lo cual ocurría seguido. Se puso a pensar en la poca atención que recibia, en el poco interés que tenían hacia ella, en lo frágil y débil que se sentía junto a esa familia, la poca seguridad que tenía sobre ella misma y lo fácil que sería destruirla con una mínima palabra o acción.
  Ella comienza a creer que es un sueño e intenta despertar, pero se dió cuenta que todo era real, que todo el peso de lo que le pasaba la había llevado a transformarse en algo tan frágil como una muñeca de porcelana.
  Cómo todas las mañanas el gato de ella y sus hermanas se subió a su cama y sin intención, jugando, la tiró al piso y se quebró en varios pedazos, al escuchar el alboroto la familia se acerca tristemente a ver lo ocurrido.

Sabrina Trappani - Ejercitación

Donde los sueños te lleven 


Una mañana al despertar de un sueño agitado, Sabrina Trappani se encontró en su cama convertida en lo que parecía ser una leona, lo cual era ilógico ya que ella siempre fue una persona más bien frágil y débil. Nunca se llevó bien con las multitudes de gente, nunca se animó a hablar en público, ni a defender su postura porque odiaba exponerse a escuchar lo que otros tuvieran para decir en caso de que pudieran dañarla. Era ridículo que ahora se viera forzada a salir de su cama con estas manos transformadas en garras que aún mantenían su largo original, con estas piernas que aún le permitían mantenerse de pie aunque se sintiese antinatural. 
Levantó a su hijo, Thomas, a quien le pareció gracioso que su madre estuviera usando unas garras como de león. Ella bromeó con soltura al respecto y lo hizo desayunar lo que su marido había preparado antes de salir. Su apetito de esa mañana le impidió comer, de alguna manera no era el mismo, lo cual fue bueno porque le hubiera sido imposible manejar los utensillos de cocina. Mandó a su hijo a vestirse mientras ella se preparaba para salir, lo cual fue un trabajo de lo más arduo. Las camisas no le cerraban y las remeras le quedaban chicas o se rompían por culpa de las garras que agujereaban todo. En el armario de su marido consiguió una remera ancha que le quedase y un pantalón holgado. En el espejo se vió más alta de lo normal, pero aún pseudo-humana. Se podía aparentar, siempre y cuando no mostrara sus manos o sus pies.  Así salió a la rutina.
 El viento que le pegaba en la cara le brindaba cierta euforia atípica. No se sentía tan cansada como todas las mañanas. De hecho, no se sentía abrumada en lo absoluto. Por el contrario, se sentía bien estar al aire libre, tenía ganas de correr. Es más, caminaba un poco más rápido que de costumbre, tanto que a su hijo le costaba seguirle el paso. 
Varias cuadras más adelante se asustó al darse cuenta de que Thomas no estaba a su lado. Giró y lo vió envuelto en los brazos de un desconocido que lo estaba raptando. En ese instante, brotó toda la cólera acumulada por tantos años, se transformó en un ser invencible y espléndido. Sus ropas se rasgaron del todo, su postura cambió drásticamente y sus colmillos apuntaban hacia su presa. Salió disparada con un salto animal en busca de su cachorro. Corrió y corrió hasta alcanzar al malhechor que estaba ultrajando a su ser más preciado. De un sopetón logró que soltara a su hijo, lo tomó por el pescuezo y  lo llevó a salvo. 
El nene no podía entender quién era esta leona que lo tenía agarrado. Lloraba a gritos pidiendo por su mamá mientras la gente gritaba horrorizada al ver a una leona en el medio de la calle. Ella hizo caso omiso al llanto de su nene y a los gritos de la multitud, estaba confiada. Al llegar a la casa, lo soltó y pasó su lomo por la mano temblorosa de Thomas. 
-¿Mamá? - dijo Thomas.
Y ella asintió cerrando sus ojos. 
Nunca antes se había sentido tan entera, tan viva, tan segura. De ahora en más iba a buscar la manera de hacerse ver y de comunicar todo aquello que tenía en su interior. Ahora sí podría ser quien siempre quiso. Abrió los ojos y se levantó de su cama, encantada de enterarse de que había estado en un sueño adentro de otro sueño. Se sentía aliviada y renovada, había nacido una nueva fuerza adentro suyo que la acompañaría por el resto de sus días.