Una mañana al despertar de un sueño agitado, Tomás de la Vega se encontró en su cama convertido en lo que parecía ser un pez. Acostado debajo de una sábana de puro cuero de llama que conseguía asfixiar a medio mundo de calor y al sacarla te producía el resfriado del año debido al ambiente helado que siempre había en la mañana. Al sacarse lo que le producía calor intenso, con forcejeos y saltos que hacía para liberarse se podía ver su cuerpo, si era humano. Con la mirada puesta hacia el techo de su cuarto, se dirigió hacia la cocina a través de saltos que poco a poco dejaban una sustancia viscosa y resbalosa sobre el suelo, pero esto no le importaba porque sólo quería desayunar, ir al trabajo, volver a casa y nada más ni nada menos.
Nada como comenzar el día con una taza de café, y claramente el pez no tenía tiempo para prepararse uno, así que simplemente tenía que calentar el que sobró el día anterior que se encontraba en el microondas. Entonces, dando su mayor esfuerzo hizo un gran salto para llegar a la mesada donde está el microondas que terminó rompiendo su aleta dorsal, pero eso no importaba sólo quería su taza de café caliente, apretó iniciar con la cola y con la cabeza, específicamente el ojo, encendió la radio que se encontraba justo al lado de él. Obviamente con el golpe que se hizo para encender ambas cosas se terminó lastimando la cola y el ojo contra el botón de "Play" de la radio, pero todo esto no importaba lo único importante era su café matutino y la música.
Al terminar de calentarse el café, Tomás recibió un mensaje por Skype de su jefe en su computadora ubicada en el comedor. Esto sí le importaba porque era su jefe y lo estaba llamando, por ende debía ser algo de urgencia. Abalanzó todo su cuerpo herido hacia el borde de la mesada y de un salto cayó en picada con la esperanza de llegar a la computadora al ritmo de la canción "Cotidiano" de Chico Buarque.
Aterrizó justo en el botón de encendido y, a cambio, tuvo un dolor por todo el torso haciendo que las escamas se salgan, pero no le importaba sólo quería saber qué dice el mensaje. Cuando observó el mensaje no lo podía creer lo que decía: "Señor de la Vega, lamento informarle que está despedido".
"¿Es en serio?" pensó "¿Pero qué hice de malo? ¿Ahora qué haré sin trabajo? Si no consigo trabajo ahora mismo no podré pagar las cuentas, me la pasaré todo el día mendigando por monedas, no me casaré, mi familia me dejará de lado y pasaré toda mi vida en suma soledad...". Tantos pensamientos acumulados le daba al joven un ataque de pánico que no lo dejaba respirar, por las heridas en todo el cuerpo no podía moverse hasta que sintió un fuerte y seco golpe en el pecho donde está su corazón. Con el ojo no lastimado mirando hacia el techo de la cocina vio por última vez la vida y escuchando una estrofa de la canción "Cotidiano": "Mediodía sólo pienso en decir no, después pienso en la vida para llevar y me callo con la boca cerrada".
Escribís un texto correcto, aunque queda pendiente la elaboración estética del lenguaje. Momentos en que el relato desconcierta (es muy corto, así los errores se destacan) y se torna confuso.
ResponderBorrarHace ruido un pez fuera del agua que realiza las acciones que este hace; esto debilita el verosímil y suspende la credibilidad del lector.
Rever uso de tiempos verbales, construcción de oraciones, vocabulario, puntuación.
NOTA: 6