Una mañana al despertar de un sueño agitado, Jerónimo
Ferrari, se encontró en su casa convertido en otra persona. Se dio cuenta que
era todo lo que odiaba, los gustos que tenía eran los que más repugnaba.
En el momento de levantarse, se cambió con ansias, con una
sonrisa en la cara y bajó a la cocina a hacerse el desayuno. Terminó de hacerse
su café con tostadas, dejó su celular sobre la mesada de la cocina y se sentó en
la mesa del living al lado de su padre, a leer el diario mientras comía, al
igual que él.
Al terminar de comer, sacó al perro a pasear. Hizo el mismo
camino que todos los días y caminaba mientras esquivaba las defecaciones que
había en el piso, en el momento que su perro hizo sus necesidades, Jerónimo la
envolvió en una bolsa y la tiró en el tacho de basura. Cuando volvió a su casa,
dejó al perro y para ir al colegio, fue a la parada del colectivo, en vez de subirse
a su auto.
En el momento de llegar al colegio, se cruzó con sus amigos
y cuando los quiso saludar, ninguno le respondió ni lo miró a los. Se fue a su
clase y luego de sentarse en su banco, Luis, se sentó al lado suyo y lo saludó
con un beso en la boca.
-
Buen día, ¿cómo andas? - Exclamó Luis
-
Bien – Respondió Jerónimo, con un tono cortante.
Al empezar la clase Jerónimo prestó atención, hizo preguntas
y copió todas las materias del día. Cuando llegó el momento de irse a su casa,
Jerónimo antes pasó por el quiosco a comprarse algo para comer, luego se fue a
la parada del colectivo. Yendo para la parada vio que sus “amigos” estaban
pegándole a su compañero Luis, por ser homosexual, cuando se quiso meter uno de
ellos no se lo permitió y amagó a pegarle si lo hacía, Jerónimo fue a su casa
corriendo.
Apenas llegó a su casa se tiró a su cama a llorar hasta
quedarse dormido. Despertándose al día siguiente de un sueño agitado,
sintiéndose diferente.
Al hacer la rutina de todas sus mañanas, Jerónimo decidió
tomarse el colectivo porque esta vez tenía ganas. Al venir el colectivo, él no
lo paró y se interpuso en su camino repentinamente. El chofer no vio nada, solo
escuchó un golpe seco y frenó. A los 10 minutos llegó la ambulancia para llevárselo
al hospital y a los 15, sus padres, quiénes se preguntaban, ¿por qué? ¿por qué?
¿por qué...
Termino de leer desconcertada porque no reconozco en tu texto la resolución de la consigna: ¿cuál es la metamorfosis?
ResponderBorrarSolo ponés el acento en la anécdota que se quiere contar y perdés de vista el discurso, ya que no hay ninguna intencionalidad literaria. Momentos en que el relato se traba (es muy corto, así los errores se destacan) y la historiase torna confusa; no se saben los motivos de algunas acciones y reacciones del personaje porque no lográs construirles una lógica propia que las enlace de modo que se justifiquen.
Rever uso de tiempos verbales, construcción de oraciones, vocabulario, puntuación.
NOTA: 5