El canto del ruiseñor
Los primeros pasos del día, siempre cuesta darlos. Sin embargo, esa mañana Pierre se levantó emocionado, pensando en su prometida. ¡Que bella estaría esa tarde!
Todavía adormilado, en el baño, su reflejo le indicó que debía afeitarse. Comenzó la rutina matutina, salvo que esa mañana, decidió lavarse la cara con jabón. Estaba tan nervioso que se refregó como nunca antes, con jabón, con las manos, incluso en el cuello, distraído, con la mente divagante, pasó alrededor de 15 minutos lavándose la cara con agua y jabón. Por fin se enjuagó, ahora su reflejo se mostraba radicalmente distinto. Ni bien, ni mal. Distinto… “yo sabía que no debía refregar tanto” se dijo, “qué haré cuando mi querida Annette o el juez no me reconozca? Ya me las ingeniaré, después de todo, vivo para decir y mostrar la verdad. Creo que será un día muy bello, por suerte la visión no la perdí, ni el olfato, mmm, ningún sentido; interesante. Mejor continuo alistándome.”
Ya vestido en la cocina, iluminada por la luz del día que entraba por el gran ventanal, puso a hervir agua y la tostadora en marcha, mientras esperaba, el diario lo informaba. En la página 3 apareció su reportaje; aunque no se pudo ver, sonrió. Su mente viajó hasta la escena que presenció esa noche, ese acontecimiento que le dió un gran reportaje pero al mismo tiempo lo introdujo en una vida peligrosa de acecho y espera. Estar en el lugar y momento erróneo puede resultar fatal. Si bien él no sabía con precisión si alguien lo había visto presenciando el crimen, los nervios, el estrés y la preocupación lo habían atormentado por dos semanas.
El desayuno fue gracioso, el café se filtraba a su boca pero con las tostadas no hubo manera. “Que idea tan absurda Pierre”. Finalmente agarró sus cosas y partió. Decidió pasar primero por lo de Annette para ganarse su confianza.
Lo mejor que podía hacer era apresurarse, pues ese día no podía perder ni un segundo. Salió de la casa en bicicleta por la callecita Volta, tan arbolada y colorida, sintió el dulce aroma de la panadería de don Jean, escuchó el suave canto del ruiseñor que lo había perseguido desde el momento en que se despertó, ahora más que nunca se sintió la aproximación de la primavera, incluso se detuvo en un cantero donde armó un hermoso ramo de todos colores para su querida novia. Minutos más tarde, se encontraba en la puerta violeta, siempre había dicho que esa casita parecía salida de un cuento. Toco el timbre y posó el ramo sobre su “cara”. Por el portero se escuchó la suave voz preguntando quien era:
- ¡Pierre!
-¿Pierre? Esperaba verte en la iglesia, ¿qué haces aquí?
-¿Pierre? Esperaba verte en la iglesia, ¿qué haces aquí?
-No vendría si no fuese urgente. Tenemos que hablar.
Entonces sonó la llave y él ingresó por la puerta, por medio del pasillo lleno de plantitas y candelabros, por el jardín hasta las puertas de vidrio a través de las cuales ella vio aquel hombre que se acercaba y gritó como nunca antes él la había escuchado. Grito y corrió a buscar algo con que defenderse. Pierre inocente se acercó con cuidado y le dijo que era él, pero ella con el peinado a medio hacer y una sartén en la mano le dijo que no entrara, entonces el sacó su anillo del bolsillo interno del saco, ello lo miró con curiosidad, “¿de donde sacaste eso?” entonces le relató los sucesos de esa mañana pero ella parecía no escucharlo, todavía la impresionaba mirarlo.
-“Vete. No te conozco. Lamento no poder ayudarlo pero se tiene que ir.” “
-“Vete. No te conozco. Lamento no poder ayudarlo pero se tiene que ir.” “
- Si me conoces. Hace 3 años, cuando entré a ese café y vi la verdadera belleza por primera vez acercándose a mí con una bandeja. Esa muchacha que sabia que tenia que conocer, la que olvidó su agendita violeta en su mesa y busqué para devolvérsela. An, soy yo querida, soy yo.
Estalló en llantos y lo abrazó.
Pocas horas después ambos arribaban a la Iglesia. Juntos le explicaron al juez lo que había sucedido, aunque este no demostró compasión ni empatía alguna. Gritando y haciendo retumbar sus pocas amigables palabras “¿¡Es que esto es una broma!?” repetía. Y como vieron que la suerte no estaría de su lado ambos marcharon con una fe perseverante buscando el lugar correcto donde comenzar su vida nueva.
Lala: este cuento debería entenderse aun si no estuviera la imagen, pero no es así ya que nunca se dice qué le está pasando después de "refregarse" el rostro. Hay que sobreenterlo tal como cuál es la relación con el reportaje. ¿Él da una entrevista o la hace como periodista? ¿Cómo debe interpretarse "Estar en el lugar y momento erróneo puede resultar fatal"; fatal para él o para la víctima del crimen que presenció?
ResponderBorrarSi bien un relato fantástico rompe la lógica de lo racional, construye una nueva que, sin dar explicación, da sentido a lo sobrenatural para que aparezca como natural. No lo lográs porque los hechos suceden sin que pueda encontrarse esa naturalidad que permite aceptar lo fantástico.
Pasajes muy bonitos y sensibles, sobre todo cuando el narrador mira el entorno del protagonista.
Rever puntuación, conectores, tiempos verbales, repeticiones innecesarias.
Falta un título.
Al editar, los párrafos deben alinearse con la herramienta "justificar".
NOTA: 6